Es súper fácil aunque es para echar toda una tarda y más si eres tan "apretá" como yo que en vez de hacer solo una tanda de un sabor decidí hacer dos tandas, con el mismo molde, de dos chocolates diferentes.
Utensilios:
♥Un molde de silicona para bombones.
♥Una rejilla.
♥Una manga pastelera
Ingredientes:
♥200gr de chocolate negro (o con leche, o los dos mezclados o una vez uno otra vez otro.. o... jaja).
♥Caramelo de mantequilla salada (receta aquí)
Elaboración:
Derretimos al baño maría parte del chocolate y con un pincel pintamos el molde bien. Lo metemos unos minutos en la nevera para que se seque y luego lo pintamos de nuevo el chocolate templado pero esta vez una capa mucho más gruesa, cubriendo bien todas las partes, casi rellenándolo.
Ponemos una rejilla encima del molde y una bandeja encima (cubierta de papel vegetal, de plástico o el que sea para no mancharla). Damos la vuelta quedando el molde hacia abajo en la parte de arriba para eliminar así el exceso de chocolate.
Es muy importante que el chocolate que hayamos utilizado este templado, puesto cuanto más líquido más se escurrirá y más fina nos quedará la capa. Si esto sucede y vemos que ha quedado muy fina podemos volver a repetir la operación hasta obtener una más gruesa.
Lo dejamos así durante 20 minutos y luego otros 10 minutos en la nevera para que se termine de secar. Si vemos que nos ha quedado mucho chocolate puesto que este estaba muy espeso, siempre podemos ayudarnos de una cuchara para retirar un poco durante el tiempo de secado, no después. Recuerda que vas a rellenarlos más tarde.
Cuando ya esta seco, ayudándonos de una manga pastelera sin boquilla, rellenamos los bombones dejando aproximadamente un 1/4 para poder taparlos con el pie de chocolate. Los volvemos a meter en la nevera durante 1 hora (o en el congelador 20 minutos si somos impacientes).
Pasado ese tiempo, con la otra parte del chocolate derretida al baño maría y templada, terminamos de rellenar los bombones, haciendo esta capa de base-tapa. Dejamos que se enfrié unos minutos en la nevera y raspamos con un cuchillo con cuidado el excedente que ha caído en el molde, liberando aí el perímetro de cada bomboncito. Volvemos a meterlo 30 minutos en la nevera hasta que se termine de enfríar y ya podremos demoldarlos.
Se conservan muy bien en un tupper hermético o una caja metálica para que no coja los oleres de la nevera. Antes de degustar es mejor dejarlos unos minutos a temperatura ambiente, ¡pero sin que se derritan con "estos calores"!
♥
No hay comentarios:
Publicar un comentario